Nos encanta la sonoridad de la palabra DAMAJUANA. Preciosa, aunque haya caído en el olvido.
En el siglo XVI, los marineros del sur de Francia llamaban en tono humorístico dame-Jeanne a las botellas gruesas que hoy llevan diez o veinte litros, comparándolas con mujeres ventrudas.
Reivindicamos la vuelta de las damajuanas a nuestra vida doméstica.
Y ¡que viva la damajuana!
foto: Marta Tena
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